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Winksea

  Si el lector lo considera apropiado, puede llamarme Rebeca. Esta historia se remonta en el tiempo algo más de dos años, cuando todavía no confiaba en mí misma y la vida ya me había hecho una extensa presentación de sus portentosas fatalidades. Yo estaba notablemente perdida por aquel entonces, a un paso del abismo, aplastada por todo y por todos, por lo que, aprovechando los meses de vacaciones, decidí expandir mis horizontes haciendo algo para lo que nunca estuve preparada; zarpar.   El Insignia Azul surcaba sobre las olas, maniobrando con exquisita brutalidad. El mar se extendía a ambos lados del pesquero y era cercenado por él a su paso, formando en su superficie un tajo limpio, que se volvía a cerrar poco después, devorando ansioso el espacio desocupado por la embarcación.  La cubierta se quedaba pequeña para los presentes, todos enzarzados en sudorosos combates con aparejos y demás enseres de pesca, excepto una persona. Una solitaria chica que había intentado escapar del m